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Camellia sinesis
Tanto el té verde como el té negro proceden de la misma planta, Camellia sinensis L., que pertenece a la familia de las Theaceae o Ternstroemiaceae. Se trata de un arbusto perenne, muy ramificado y que puede alcanzar los 10 metros de altura. Se reproduce por semillas, cuya fertilidad está limitada a 6 meses, y para desarrollarse requiere un clima cálido y húmedo de suelo ácido. Las hojas son de color verde oscuro brillante, cortamente pecioladas, enteras, oval-oblongas, de 5 a 10 cm de largo y 2-4 cm de ancho, acuminadas, dentadas en los dos tercios apicales, terminando cada diente en una glándula. Presentan el nervio medio muy marcado. Las flores son pequeñas, blanquecinas, axilares, solitarias y algo caídas. Se agrupan en pares o de tres en tres. El fruto es una cápsula trigonal o esferoidal, algo aplanada, que contiene en su interior una o dos semillas esferoidales del tamaño de una avellana.
Se usan principalmente sus hojas, que contienen principios activos como: Bases xánticas (cafeína) y polifenoles (flavonoides, catecoles, taninos catéquicos y ácidos fenólicos).
Las preparaciones de las hojas de esta planta se administran en forma de infusiones. Se prepara poniendo una cucharadita de té (2,5 g) en agua hirviendo durante 2 minutos, si se quiere emplear como estimulante, y 10 minutos si se quiere emplear como coadyuvante antidiarreico.
El máximo efecto
estimulante se consigue dejando el té en contacto con el agua durante poco
tiempo, puesto que la cafeína se disuelve rápidamente en el agua caliente. Sin
embargo, una infusión más prolongada (de 5 a 10 minutos) dará lugar a un té
menos aromático y más áspero, con un aumento en la extracción de taninos,
registrándose una disminución y un efecto retardante en la actividad estimulante
(debido a que los taninos se unen a la cafeína, dificultando su absorción por
parte del organismo) y un aumento del efecto antidiarreico.
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