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Hypericum perforatum
Hierba
o arbusto siempre verde, liso, de raíces leñosas y ramificadas que dan origen a
muchos tallos cilíndricos de color pardo pálido que pueden alcanzar hasta 1 m
de alto. Hojas de las ramas superiores alargadas, de a pares, en las cuales se
ubican glándulas de aceite esencial como puntos transparentes que lucen como
perforaciones cuando se miran a contraluz (de ahí la denominación perforatum); las
hojas de variedades no perforadas tienen manchas color óxido (como esta planta
florece en el hemisferio norte a fines de junio, surgió la creencia popular que
tales manchas eran las marcas de la sangre de San Juan Bautista). La savia de
la planta es rojiza. Las flores son de color amarillo dorado, con cinco pétalos
punteados de negro en los márgenes; los pétalos se poner rojos al frotarlos
debido al desprendimiento de un pigmento llamado hipericina. El fruto, una
cápsula de tres celdas, contiene semillas pequeñas de color pardo oscuro. La
planta posee un ligero olor a trementina. Florece a fines del verano.
Se encuentra prácticamente en toda Europa, hasta el este de Rusia, y se ha aclimatado en numerosas partes del mundo: China, Australia, Norte de África y América.
El hipérico tiene muchos principios activos, entre los que se encuentran los los flavonoides, ácidos fenólicos, carotenoides, esteroles, taninos, hipericina y pseudohipericina. De la hipericina deriva su efecto antidepresivo y los taninos le confieren capacidad antiséptica, astringente y cicatrizante.
Se utilizan sus hojas en dos formas:
- Uso interno: Depresión, ansiedad, nerviosismo; malestares premenstruales y menopausia.
La infusión se prepara con 1 cucharada del vegetal para 1 litro de agua recién hervida: Beber 1 taza 3 veces al día.
- Uso externo: Afecciones de la piel (dermatitis, heridas pequeñas, úlceras e infecciones virales).
Usar la misma preparación
para lavados en afecciones de la piel.
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